Me pase pensando toda la
noche en ¿porqué me sucedía esto a mi? Y por mas que le daba vueltas a la
situación en mi cabeza, no lograba llegar a ninguna conclusión. De pronto sonó
mi despertador, era hora de ir a la escuela.
Me levante me cepillé los
dientes y me miré al espejo. Me sentí la mujer más horrible del mundo. En ese
momento pensé que todo era mi culpa, que si yo hubiese hecho esto o aquello, mi
relación seguiría igual.
A mitad del día decidí llamar
por teléfono a mi esposo y le pedí que saliéramos a comer solos. Estaba
decidida a confrontar su engaño.
Tome la decisión de no
decirle lo que había visto tal y como era, en lugar de decirle que lo había
visto. Le diría que una mujer llamó a la casa para decirme que estaba saliendo
con él y que mi reacción fue colgarle. No sé si lo que me llevó a pensar esto
fue mi curiosidad de descubrir si él tendría el valor de aceptar lo que pasaba
o si mentiría.
Al llegar al restaurante él
ya me esperaba en una mesa, me senté y él me saludo con un beso en la frente
(como era su costumbre).Llamó al mesero para pedir la orden, yo lo interrumpí y
le pedí que me diera un momento para pensar que era lo que quería comer.
Me animé después de una plática
muy corta a decirle lo que había visto el día anterior (según lo planeado). Me
dijo que él jamás sentiría por otra mujer, lo que sentía por mí, que no hiciera
caso de llamadas estúpidas, que sólo buscaban separarme de él. Me dio un beso,
comimos, y me fui a casa.
Después de su mentira me
sentí aun peor, porqué no decirme la verdad si yo ya había dado la pauta para
que me la dijera. Qué tiene esa mujer que le atrae tanto, pero que no es lo
suficientemente importante como para que se divorcié de mí.
Ahora tenía una pregunta más
para mi sueño.
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